El chef Periko Ortega, propietario del Restaurante ReComiendo, ha sido el encargado de cerrar el segundo ciclo de “Nos tomamos un medio”, actividad que durante los últimos dos años ha intentado llevar la formación y la innovación al tejido productivo montillano. “Han sido 12 gotitas para todos los sectores que generan empleo y desarrollo en Montilla, como la hostelería, el comercio, los servicios o el turismo… con el reto de traer en cada una de ellas a una persona que es un referente en su sector, que está intentando hacer cosas distintas, para que ese conocimiento se transmita a nuestros empresarios y emprendedores”, indicaba Manuel Carmona, concejal delegado de Promoción Económica, Innovación y Turismo, antes de cerrar el último de los workshop celebrados.

 

Nos tomamos un medio” ha pretendido durante estos dos años sacar la formación de las aulas y llevarla hasta los restaurantes y tabernas montillanos, con un formato más distentido que permitía el intercambio de experiencias y conocimientos entre los asistentes y el invitado. Además cada una de estas intervenciones se ha grabado en vídeo que se podrá consultar a través de las redes sociales del Ayuntamiento de Montilla.

 

Periko Ortega trasladó a los presentes su experiencia, “como cambiando de forma de pensar hemos podido llegar a un nicho de mercado que no estaba cubierto, lo que ha permitido que un pequeño restaurante esté al más alto nivel”. ReComiendo está situado por los críticos gastronómicos entre los 10 mejores restaurantes del país por su apuesta de llevar la alta cocina a un público más amplio. El chef, afincado en Córdoba, ha destacado el valor de los vinos Montilla-Moriles, ya que “gastronomía y vino no pueden separarse, con este precepto en mente siempre se podrá crecer más”, apelando a la colaboración necesaria entre bodegas y sector de la restauración. “Hay un gastronomía buena en la zona, pero tenemos que darla a conocer y para ello hay muchos canales para promocionar nuestro producto”.

 

La intervención de Periko Ortega se celebró en La Taberna El Bolero, desde la cual Carlos García se sumó a esta necesidad de “seguir innovando, ofrecer nuevas experiencias al cliente y todo ello debe ir de la mano de nuestros vinos y de nuestra idiosincrasia, ya que nuestra cocina es amplísima y la vinculación entre bodegas, restaurantes y tabernas debe ser mayor”.